Bienvenidos al Centro de Conservación de Elefantes
Este vídeo introductorio presenta los desafíos a los que se enfrentan los elefantes asiáticos en peligro de extinción y las comunidades que conviven con ellos.
Asimismo, describe el trabajo realizado por el “Centro de Conservación de Elefantes” para proteger a la especie en Laos.
En primer lugar, hablaremos del contexto histórico y actual de los elefantes en Asia, para después pasar a explicar la visión y las diversas misiones que se llevan a cabo en este centro.
Al comienzo del siglo XX, se estima que había más de 100,000 elefantes asiáticos que ocupaban desde el Golfo Pérsico hasta India y China. Sin embargo, su número ha disminuido en al menos un 50% en las últimas tres generaciones.
Una gran parte de la población humana mundial ahora vive en los alrededores o dentro del hábitat del elefante asiático, la cual, se ha reducido a sólo un 15% de su extensión histórica.
La pérdida de hábitat, la fragmentación y la presión causada por la caza furtiva y el comercio de elefantes vivos representan amenazas cada vez mayores para estos nómadas gigantes.
Laos es uno de los 13 países donde aún existen elefantes asiáticos. La población mundial de esta especie se encuentra entre 40,000 y 50,000 individuos, incluyendo 15,000 en cautiverio y entre 25,000 y 35,000 elefantes salvajes. Los elefantes asiáticos son el mamífero terrestre más grande del continente.
Son una especie clave que juega un papel vital en la sostenibilidad de su ecosistema tropical. Se les considera "jardineros del bosque" y están catalogados “en peligro de extinción” por la Lista Roja de la UICN.
Además, son considerados animales sagrados por muchas culturas asiáticas, que los veneran como semidioses. Sin embargo y paradójicamente, estos "dioses" a menudo están encadenados.
Las poblaciones de elefantes enfrentan amenazas específicas en cada país.
En Laos, anteriormente conocido como "la tierra del millón de elefantes", los elefantes salvajes están amenazados principalmente por la pérdida de hábitat debido a la deforestación y, en menor medida, por la caza furtiva. La deforestación fragmenta el hábitat de los elefantes salvajes. Sus patrones de migración están comprometidos, lo que aísla a las poblaciones y aumenta el riesgo de endogamia. Y por si fuera poco, todo ello incrementa las posibilidades de conflictos entre humanos y elefantes.
Esta situación está poniendo en jaque al futuro de la especie en el país. Laos tiene dos grupos relativamente grandes de elefantes salvajes. Uno está ubicado en el centro del país, en el Parque Nacional Nakai Nam Theun.
El otro se encuentra en la provincia noroeste de Sayabury, en el Parque Nacional Nam Pouy. En total, se acepta comúnmente que hay menos de 400 elefantes salvajes en Laos, con un número similar en cautividad.
Los elefantes en cautiverio enfrentan amenazas como: bajas tasas de natalidad, falta de atención veterinaria, ausencia de regulaciones de bienestar y exportaciones a países extranjeros.
Tradicionalmente, los elefantes en cautividad se utilizaban en la industria maderera, específicamente en actividades relacionadas con la tala. En ellas, los elefantes eran frecuentemente sobreexplotados, lo que se traduce en agotamiento, heridas o enfermedades. Además, no siempre se les daba la oportunidad de reproducirse, ya que una elefanta embarazada podía significar hasta cinco años sin ingresos para su dueño: dos años de gestación más tres años previos al destete de la cría.
Según la ley laosiana, los elefantes cautivos se consideran ganado en lugar de animales salvajes. Por lo tanto, sus dueños tienen todos los derechos sobre ellos.
Esto hace que sea extremadamente difícil y costoso rescatar elefantes en cautividad, ya que la única forma de hacerlo es comprándolos, a un costo de más de 50,000 dólares estadounidenses, o alquilándolos.
Desde la prohibición de exportación de madera decretada por el primer ministro en 2016, las operaciones legales de tala que utilizan elefantes han disminuido drásticamente. Actualmente, los elefantes en cautiverio se utilizan principalmente en el turismo, aunque la relacion de edad y sexo de la población es preocupante, ya que quedan muy pocas hembras en edad reproductiva en Laos.
Esta preocupante situación se ve agravada por la exportación continua de elefantes en edad reproductiva a países extranjeros.
Además, los dueños incapaces de encontrar un valor económico a sus elefantes en el país, son tentados a venderlos en el extranjero. Finalmente, también existe una falta de estándares nacionales de bienestar para los elefantes en cautividad. Los campamentos de elefantes para turistas no están lo suficientemente controlados como para garantizar unos cuidados mínimos. Los estándares de bienestar dependen de los propios propietarios de dichos campamentos.
El Centro de Conservación de Elefantes es una iniciativa de la ONG francesa ElefantAsia, que comenzó a trabajar en Laos en 2000. ElefantAsia inició programas de educación ambiental y atención veterinaria en Laos. Crearon el festival de elefantes de Sayabury en 2007, registraron y
microchiparon a todos los elefantes en cautiverio en Laos y operaron clínicas móviles de elefantes en todo el país en cooperación con el Departamento de Ganadería y el Ministerio de Agricultura y Bosques de Laos.
En 2010, los fundadores de ElefantAsia se unieron con un socio laosiano para establecer el Centro de Conservación de Elefantes en la provincia de Sayabury. El ECC, como llamamos al centro, fue creado como un hospital y guardería para elefantes, abordando dos de los problemas más urgentes que enfrentan los elefantes bajo cuidado humano. En primer lugar, la salud de la población de elefantes cautivos y, en segundo lugar, la necesidad de más nacimientos para mantener dicha población.
En el ECC, creemos que es vital asegurar y mantener una población saludable y sostenible de elefantes cautivos que pueda servir como un reservorio genético en caso de que la población silvestre entre en un punto de no retorno. El objetivo no es perpetuar la especie en cautividad, sino asegurar la existencia controlada de poblaciones de elefantes asiáticos. De esta manera, y en un futuro, dichos individuos pueden ser liberados, contribuyendo así al aumento de la población silvestre en declive.
En 2019, el ECC logró liberar cuatro elefantes en el Parque Nacional de Nam Pouy, siendo esta la primera vez que esto ocurría en Laos. El ECC comenzó su labor en 2010 con dos elefantes y un equipo de seis personas.
En 2020, tenía treinta y dos elefantes bajo su cuidado y un personal de setenta personas. Desde su creación, nacieron cuatro elefantes en el ECC, y el Centro también ayudó en el nacimiento de dos elefantes en otro santuario. La vocación del ECC es convertirse en la guardería de elefantes de Laos.
En este sentido, no escatimamos recursos ni esfuerzos para mejorar nuestras técnicas de reproducción. Con muy pocas hembras en edad reproductiva en el país, la presión para criar es alta.
Para ello, hemos desarrollado un método que combina el conocimiento tradicional de los mahouts con análisis hormonales de alta tecnología. En resumen, nuestra misión es combinar la sabiduría y el conocimiento indígena de los mahouts con la ciencia moderna para rescatar, rehabilitar, reproducir, reinsertar y reintroducir elefantes a su hábitat natural.
Nuestro trabajo diario respeta los patrones de vida natural de los elefantes. Los elefantes nacen, se alimentan, pueden enfermarse física o mentalmente, se reproducen, viven y mueren. Son animales altamente sociales que viven en manadas matriarcales.
Nuestro objetivo en el ECC es estar presentes y ser eficientes en cada etapa de la vida de los elefantes para proporcionarles la mejor alimentación, cuidado y dinámicas sociales posibles en un entorno lo más cercano posible a lo que experimentarían si estuvieran en estado salvaje.
Los elefantes en el ECC suelen ser rescatados del tráfico ilegal o simplemente comprados a dueños que ya no pueden cuidarlos. Luego son transportados al hospital de elefantes en el ECC, donde reciben primeros auxilios o tratamiento veterinario si es necesario.
El cuidado veterinario en el ECC es de los más altos estándares. Nuestra infraestructura es una de las mejores de la región, y colaboramos con cirujanos veterinarios de renombre internacional y la facultad veterinaria de la Universidad de Chiang Mai en Tailandia.
Una vez tratados, los elefantes pasan por un periodo de construcción de una relación íntima con su nuevo mahout en el bosque. El mahout y el elefante permanecen juntos hasta que el mahout puede manejar completamente al elefante.
En los casos en que los elefantes sufren traumas psicológicos, ofrecemos enriquecimiento sensorial en un área dedicada. Se les desafía con juegos y rompecabezas en los que se esconde comida. Esto los mantiene activos mientras se adaptan a su nuevo entorno y cuidador.
Los elefantes pasan la mayor parte del día alimentándose de comida natural que crece en el área protegida provincial de Nam Tien, donde se encuentra establecido el ECC. También disfrutan de alimentos complementarios cultivados y preparados en el centro por el equipo veterinario y los mahouts.
Después de un período de rehabilitación y adaptación, comienzan a encontrarse con otros elefantes siguiendo un protocolo diseñado conjuntamente por los mahouts laosianos y nuestro equipo de biólogos/etólogos.
La mayor parte del trabajo inicial, tanto para la socialización como para la reproducción, lo realizan mahouts laosianos experimentados. Ellos asesoran sobre qué elefantes emparejar y qué asociaciones sociales formar.
También aconsejan sobre las atracciones o repulsiones entre elefantes. Siempre valoramos y seguimos sus recomendaciones, ya que su conocimiento sobre el comportamiento de los elefantes es insuperable. Una vez que los mahouts proponen grupos o parejas de elefantes, nuestro equipo de biólogos estudia los comportamientos de los elefantes y recolecta muestras de heces y sangre, las cuales son analizadas en el laboratorio de endocrinología.
El objetivo es estudiar tres hormonas que proporcionan información esencial para fines de reproducción y socialización.
La primera hormona es la progesterona, que nos proporciona información precisa sobre los ciclos de celo de las hembras y nos indica cuándo emparejar a una hembra con un macho para maximizar las probabilidades de éxito reproductivo.
La segunda hormona es el cortisol, que nos permite evaluar el nivel de estrés en los elefantes cautivos. Monitorear los niveles de cortisol es una práctica común para evaluar el bienestar de los animales cautivos. Las observaciones de comportamiento correlacionadas con las concentraciones de cortisol nos ayudan a evaluar cada paso de introducción, monitorear la formación de grupos y optimizar nuevos protocolos y estrategias de manejo.
Esto se basa en datos biológicos y de comportamiento en lugar de solo depender de observaciones subjetivas del equipo involucrado en el proceso.
La tercera hormona es la testosterona, presente en los elefantes machos. Nos permite seguir el ciclo de musth de los elefantes. El musth es un mecanismo hormonal que se presenta solo en los machos, cuando se sobreexcitan, los que les lleva a ser potencialmente peligrosos. Los niveles de testosterona también son una fuente muy valiosa de datos para comprender mejor las dinámicas sociales en la actividad social de los machos.
El ECC ha desarrollado un protocolo de socialización en tres etapas para permitir la formación progresiva de grupos socialmente coherentes.
Durante la primera etapa, los elefantes de un grupo determinado pasan la mayor parte del tiempo bajo la supervisión de sus mahouts. El equipo del ECC, compuesto por mahouts y biólogos, monitorea la primera introducción de elefantes no relacionados antes de que lleguen a conocerse entre sí.
Después de este paso, el equipo selecciona a los elefantes que parecen mostrar afinidad entre ellos.
Durante la segunda etapa, los mahouts siguen acompañando a los elefantes diariamente, aunque manteniéndose a mayor distancia de los animales. El objetivo de esta etapa es permitir que los elefantes que muestran afinidad entre sí fortalezcan sus lazos. El equipo también monitorea si la estructura del grupo se mantiene consistente a lo largo del tiempo.
En la tercera etapa, el grupo ha establecido su jerarquía. Ha creado fuertes lazos entre sus miembros y muestra comportamientos similares a los observados en estado salvaje.
En esta etapa, los mahouts son casi invisibles para el grupo de elefantes. El grupo se encuentra en un entorno natural completamente nuevo del cual no tienen experiencia previa. El objetivo es observar cómo el grupo enfrenta un entorno desconocido.
Por ejemplo, ¿permanecen cerca unos de otros o se alejan del grupo buscando fuentes naturales de alimento? ¿Muestran comportamientos protectores hacia otros miembros del grupo cuando enfrentan una situación potencialmente peligrosa?
¿Buscan fuentes de alimento natural lejos de los asentamientos humanos o tienden a invadir cultivos humanos?
Si se observan estos patrones de comportamiento natural, la manada se considera adecuada para lo que se denomina una liberación gradual.
El proceso de reintroducción a la vida silvestre también sigue varios pasos.
Primero, los elefantes son trasladados al Parque Nacional Nam Pouy. Sus pronto ex-mahouts acampan cerca y realizan patrullas diarias para evaluar el comportamiento y la salud de los elefantes liberados.
Después de un período de dos a tres meses, los mahouts visitan a los elefantes solo una vez por semana, siguiendo sus huellas, excrementos y marcas en el bosque, así como el sonido de sus campanas de bambú.
Durante este período, el objetivo es asegurarse de que los elefantes no intenten regresar a áreas pobladas por humanos, donde corren el riesgo de generar conflictos entre humanos y elefantes.
También observamos y registramos la evolución de sus rutas de migración y su rango de movimiento.
Si el grupo ha mostrado cohesión persistente y no presenta signos de desnutrición o disturbios sociales, se les coloca un collar de radio GPS y se considera terminado el proceso de liberación gradual.
Ahora se han convertido en elefantes en libertad.
El último paso es el reconocimiento oficial de su estatus de vida silvestre por parte de las autoridades laosianas y la protección de su hogar mediante patrullas de guardabosques.
Estos guardabosques también son entrenados, financiados y parcialmente gestionados por el ECC.
De hecho, una parte cada vez mayor de nuestro trabajo consiste en apoyar la conservación de elefantes silvestres y liberados en su hábitat. Actualmente, el ECC está a cargo de dirigir patrullas de guardabosques en el Parque Nacional Nam Pouy, hogar de la segunda manada más grande de elefantes silvestres en Laos.
Entrenamos, equipamos y gestionamos a dos equipos de guardabosques mientras trabajamos en la creación de la primera Academia de Guardabosques de Laos.
Hemos instalado collares GPS en elefantes liberados y silvestres para monitorear mejor estas poblaciones y asegurarnos de que no se acerquen demasiado a los asentamientos humanos.
Otra parte importante de nuestro trabajo consiste en recibir a estudiantes y escolares laosianos en el Centro como parte de nuestro programa Kids in Conservation.
Durante estas visitas, se les presenta material educativo gratuito mientras recorren todas nuestras instalaciones para observar y aprender sobre la biología de los elefantes, su vida social y los desafíos para su conservación.
También llevamos a cabo diversos programas de investigación científica en colaboración con varios institutos internacionales, como la Institución Smithsonian de Estados Unidos, el Instituto Francés de Investigación y Desarrollo, y más recientemente, con la Universidad Nacional de Laos, donde hemos iniciado el primer módulo de cuidado de elefantes dentro de la facultad de ciencias veterinarias.
Nuestros campos de investigación se centran en la parasitología, enfermedades, endocrinología, salud reproductiva y dinámicas sociales.
El programa pionero del ECC, De Vuelta a la Naturaleza, es el primer experimento de este tipo que busca aumentar la población de elefantes silvestres en Laos mediante la cría y la reintroducción a la vida silvestre, mientras se protege su entorno natural a través de patrullas de guardabosques y la aplicación de leyes.
El ECC no pretende salvar por sí solo a la población de elefantes.
El ECC se considera a sí mismo como un laboratorio que experimenta soluciones para la conservación y el bienestar de los elefantes.
Esperamos que los ejemplos y protocolos que estamos probando puedan ser compartidos y replicados donde sea necesario.
Finalmente, todo esto es posible gracias a ti.
Tu visita representa la mayor parte del financiamiento necesario para continuar con nuestra causa.
Queremos agradecerte profundamente por tu contribución a la conservación de los elefantes y esperamos que tengas una excelente estancia en el ECC.